Hay momentos que no necesitan esfuerzo, simplemente fluyen.
En esta campaña para Philadelphia, quise capturar esa sensación, no solo en el producto, sino también en la vida: las ideas que llegan sin empujar, las amistades y relaciones que se sienten fáciles y naturales, los equipos que se entienden y trabajan en sintonía, la libertad física al deslizarnos o bailar al ritmo de la música sin importar lo que piensen...
Porque al final, lo mejor en la vida, como lo mejor en la mesa, debería ser así de fácil y natural.Hay momentos que no necesitan esfuerzo, simplemente fluyen.
En esta campaña para Philadelphia, quise capturar esa sensación, no solo en el producto, sino también en la vida: las ideas que llegan sin empujar, las amistades y relaciones que se sienten fáciles y naturales, los equipos que se entienden y trabajan en sintonía, la libertad física al deslizarnos o bailar al ritmo de la música sin importar lo que piensen...
Porque al final, lo mejor en la vida, como lo mejor en la mesa, debería ser así de fácil y natural.