En el vasto ruedo de la existencia, el hombre, a.k.a el macho, se enfrenta a su propia feminidad, como el torero lo hace al toro.   En este enfrentamiento siente un temor antiguo, un miedo profundo que desata su inseguridad.
Luchar contra su feminidad, que encarna sensibilidad, ternura y vulnerabilidad, parece inevitable; un reflejo de mantener su identidad intacta. Sin embargo, solo los valientes, con corazón sereno y mente abierta, detienen su embestida. Estos héroes miran a los ojos de su feminidad y la abrazan, entendiendo que no es un adversario, sino una parte esencial de sí mismos.
En esa aceptación, descubren una armonía donde fuerza y ternura coexisten, revelando una nueva dimensión de su ser.


[En este proyecto fotográfico las imágenes fueron generadas con IA]